LA VIDA ETERNA
La
inmortalidad de la conciencia viene siendo el más cruel de los castigos
imaginables, cosa que no comprenden aquellos que anhelan perseverar después de
su muerte.
La salvación
en una hipotética vida eterna, sería el más horrendo de los infiernos, guardar
la memoria vigente después de la vida, sería la aberración más grande jamás
imaginada.
La simple idea de que trasciendan los
espíritus como almas errantes fuera del cuerpo físico en un mundo material es
infamante y grotesco
La vida
eterna o la salvación de las almas es de suyo amenazante; el ego, el sí mismo
de cada persona, el yo construido y engrandecido a lo largo del transcurso de
toda una vida, es una carga muy dolorosa para la mente.
No hay mayor
premio, después de la vida con sus logros, sus alegrías y sus placeres, también
con sus fracasos, tristezas y sus sufrimientos, que quedar liberados .
Todo es más amable sin
reencarnación, ni resurrección, ni inmortalidad, ni vida eterna.
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