domingo, 11 de octubre de 2020

LOS QUE YA NOS VAMOS

 

LOS QUE YA NOS VAMOS

Los muertos quisieran estar vivos aunque fuese solo un rato, disfrutar del respirar profundo el oxígenos de la vida, pero es demasiado tarde, se fue su oportunidad, ya no es posible resucitar como en los tiempos bíblicos de Lázaro.

También hay vivos que a veces quisiéramos estar muertos para no seguir sufriendo una tortuosa existencia o una dolorosa agonía.

La vida nos empuja, nos va llevando de la mano hacia el crematorio o al sepulcro, no se detiene un instante a esperar a que pase la quietud, el calendario nos va apurando, las fechas caen como en el dominó las fichas y desde embriones estamos sentenciados a desaparecer en los confines del tiempo.

Aquí seguirán nuestros átomos transformados en polvo, aullaremos en los recuerdos, despertaremos en las memorias, en los cantos, en las letras moribundas, en nuestros choznos.

Vivimos aturdidos por el tambor de la marcha fúnebre y por el himno triunfal del nacimiento de cada nueva esperanza, misma que se irá desvaneciendo hasta apagarse por completo.

Quien fuera eterno para no temer perder la vida, pero quien mejor no haber nacido para no tener tan maravillosa tentación.

 

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