LA NOCHE
Ya llega la
noche, mi amiga, la gran aliada de mis sueños, en ella me sumerjo, me dejo ir,
me dejo llevar hacia los recónditos mundos donde la sorpresa es eterna, allí
todos es posible, no hay entrada ni salida, no hay un antes ni un después.
La noche
guarda en mi lecho mil misterios que interpretan mis sentidos, dormidos por el
cansancio del ajetreo diurno; ella, la noche me espera, me cobija entre sus brazos,
me absorbe, me lleva a otras atmósferas donde la fantasía impera, donde un
sonido musical es el clima, donde nuevos colores se reflejan en alucinaciones,
donde cantan los espejismos y asoman sus sonrisas los recuerdos de memorias
arcaicas de dimensiones insólitas y embriagadoras.
Obscurece y
los fantasmas empiezan a surgir de las entrañas de mi almohada, para conducirme
a los edenes, a las grutas donde habré de introducirme para explorar esos
territorios ignotos, esas residencias inexpugnables, esas construcciones ciclópeas
en las que me pierdo en cada recodo, ahí donde pululan familias de seres
indescriptibles y bailan coreógrafas siderales.
Llego y me
reconocen, soy un intruso, un visitante de mágicas cavernas que embelesan mi espíritu
en su reino.
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