BLASFEMIAS
No soy
recomendable, les aconsejo que mejor se aparten de mí, más les vale.
Cuando me
oigan llegar, huyan; cuando me sientan junto, corran; cuando me vean acercar,
escapen; no tienen por qué aguantarme, no es justo para ustedes soportarme, evítense
el sufrimiento, váyanse.
Soy como una
cobra que al aproximarse al tumulto de gente, éste se disuelve de inmediato,
estalla, la histeria se desencadena, las mujeres lloran, los hombres gritan, todos
desaparecen.
Nunca he
intentado ni concilio ni armonía, con ustedes la repulsión es recíproca, el
rechazo es mutuo, yo vine de otro lado, montado en un aerolito distinto,
pertenezco a otra historia, a otra memoria de un pasado ignoto, extraviado en
una dimensión arcaica diluida en otro cosmos.
No, no
hablamos el mismo lenguaje, ustedes lo hacen con las reglas del disimulo y la
hipocresía, con el engaño ensordecedor de la soberbia y la ignorancia, con el
amparo burlesco del miedo, del terror que sienten al notar mi presencia, del
horror que les inculcaron en los sacramentos de los que son esclavos, empezando
con el bautizo y finalmente con la extremaunción, de la que me río a carcajada
batiente.
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