viernes, 14 de octubre de 2016

DISYUNTIVA INCÓMODA

DISYUNTIVA  INCÓMODA

El autoritario monarca caminaba hacia sus aposentos en aquel faraónico palacio después de otro arduo día para recuperar fuerza en su lecho. Por la mañana empezaba regañando a todos, les echaba en cara sus errores, maldecía sus defectos, los escupía, los golpeaba.
Siempre estaba refunfuñando, se solazaba en su mal humor constante, frecuentemente explotaba y todos corrían despavoridos, tenía un harem de concubinas que lo abominaban.
A su paso los guardias se cuadraban con respetuosa solemnidad, su majestad parecía un noble amargado por desconocidas razones de la vida, la pasaba gritando, insultando, sobajando y desairando a sus vasallos.
Heredero de una casta agria de mandar, había sembrado el odio durante todo su reinado, no había quien no temblara en su presencia, parecía no tener sentimientos, nunca se le vio tristeza en su serio semblante,  ni arrepentido de sus abusos, era un tirano, sus decisiones eran absolutas e inapelables, sus súbditos bajaban la vista en su presencia, ¡Ay! De aquel que se atreviera a contradecirle o a dudar de sus juicios, los castigos eran ejemplares.
-         ¿Por qué eres así con ellos?– le preguntó su hijita, conmigo eres dulce y bueno, me abrazas, me cargas, me besas, con nosotros eres amable y tierno.
-         Entonces el Rey la tomó en los brazos y le dijo: - Prefiero que me teman a que me falten al respeto, que me odien a que se burlen de mí; los años que he vivido y dominado el reino me han enseñado, cuando he bajado las cuerdas de la disciplina de inmediato se me han subido hasta la corona; tengo que tratarlos con despotismo, si no luego luego abusan de la confianza, así funcionan, así operan, así les gusta.
El buen trato, la clemencia, la comprensión y la deferencia les hacen excederse de manera automática, lo he comprobado y cada vez que lo he hecho, vuelven a caer en lo mismo. Tú sabes que soy de buen corazón, pero tengo que fingir ser un ogro para mantenerlos a raya.
-Padre, yo solo te ruego que conmigo nunca seas el rey-. Le dijo su hijita.


        

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