EL
LOCO
Siempre
estaba ansioso, como tratando de recordar algo muy importante que había
olvidado, se cogía los pelos e intentaba encontrar ¿dónde, cuándo y cómo había
perdido qué? ¿Sería algo o todo? Tenía
que adivinarlo, evocando a los fantasmas que revoloteaban en su perturbada
mente.
Cerrando sus
puños, furioso apretaba las mandíbulas, hurgando en su estúpido cerebro que no
servía para maldita la cosa.
Se paseaba
de un lado a otro dando grandes zancadas que retumbaban en el edificio entero,
enormes gotas de mohína escurrían de su acongojado rostro dibujado de grietas y
pliegues de cualquier profundidad.
De súbito
todo le dio vueltas, el techo se le vino encima, las paredes lo aplastaron,
quedó medio asfixiado bajo la alfombra de su cuarto; se acordó de la
metamorfosis de Kafka, se vio tenazas en lugar de brazos.
-Ahora si ya
estoy completamente loco – se alegró de haber perdido el control de su
existencia, se abandonó por entero y empezó a arrastrase entre la basura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario