viernes, 8 de enero de 2016

LOS NIÑOS

LOS  NIÑOS

Es común y general que la sociedad en su cotidiano hablar equiparen a los retardados mentales con la infancia; por ejemplo dicen: ya creciste, deja de comportarte como niño o bien: pareces niño haciendo y diciendo tanta tontería.

El niño sano está muy lejos de ser un deficiente mental; al contrario, los niños son geniales, con la inteligencia despertando aceleradamente  – aunque no están plenamente desarrollados y son naturalmente inmaduros - presentan una lucidez y una vivacidad fantástica, su frescura y pureza de juicio están por encima de la mente del adulto, contaminada con prejuicios y distorsionada por traumas y dogmas.

La mente infantil es pura y está cargada con un potencial enorme, dispuesto a trabajar si las condiciones externas lo permiten, no hay virus que haya infectado su memoria, las conexiones cerebrales son nuevas, sus neurotransmisores, los conductos, válvulas, órganos, glándulas y articulaciones funcionan óptimamente.

Poco a poco se les va deformando, inhibiendo, reprimiendo, torciendo, inclinando, obstaculizando, hasta hacerlos igualmente necios y cerrados como los adultos.


Es por eso tan necesario amarlos, respetarlos, estudiarlos, cuidarlos y aprehender de ellos con la delicadeza que merecen, su creatividad late con potencia extraordinaria que si logra canalizarla, contribuirá seguramente a construir un mejor mundo en el futuro.    

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