EL ARQUETIPO
El miedo
a dios es patético, el pavor a su juicio sobre nuestro proceder nos empobrece
el espíritu, su ira implacable manifestada en sismos, tsunamis, erupciones,
huracanes, pandemias y guerras devastadoras, nos tienen acongojados y perplejos.
El
disgusto de dios provoca pánico entre los hombres, nos hace temblar de horror e
impotencia ante sus amenazas de venganza por la voz de sus profetas y
predicadores.
Dios es
una monstruosidad a quien sin condiciones debe rendírsele pleitesía, ofrecerle
los más sangrientos sacrificios y horrendos holocaustos; ente creador y suprema
autoridad en el universo entero, ciego ante el sufrimiento de los miserables,
cruel con los más débiles, malvado con los inocentes, infame con quien se
atreve a dudar de su existencia.
Omnipresente
y omnipotente, no habla, no canta, no baila; solo ruge como demonio por la boca
de los volcanes, arrebata la vida de niños y jóvenes, comanda ejércitos
apocalípticos, siembra plagas y epidemias, destruye a sus detractores, exige
obediencia ciega, sumisión absoluta, entrega total a sus caprichos y ¡ay! de
aquel que ose cuestionar su infinita sabiduría.
Dios
necesita ser adorado, no en partes, no en etapas, no en algunos momentos; sino
todo el santo día y sin tregua por las noches, dios se congratula con largas
plegarias, con oraciones interminables, con jaculatorias perennes.
A pesar
de su infinita crueldad, tendrías que amarlo con todo tu corazón, deberías
idolatrarle; no, jamás confundirle, no posee una imagen, no es de yeso ni de
porcelana ni de mármol ni de piedra, es invisible e inmaterial; pero siempre te
está vigilando, al acecho de la mínima de tus faltas y especialmente a
cualquiera de tus distracciones, pobre de ti, si lo desenfocas, su espada entonces se cierne sobre tu cabeza, para
enviarte a padecer tu pecado adentro de las llamas del infierno.
Más te
vale que no se entere de tus dudas, mejor sería que no supiera que existes, no
sabe perdonar, no conoce misericordia, no entiende de excusas, lo mejor es que
te ocultes, que le pases desapercibido, escóndete de su vista porque si te
sorprende, lanzará sobre ti, un rayo fulminante emanado de su furia, tenlo
presente, jamás lo olvides.
No hay comentarios:
Publicar un comentario