VENTAJA DE
LAS PRIVATIZACIONES
Ha
quedado demostrado históricamente que al ojo del amo crece el caballo y que los
negocios prosperan bajo la vigilancia del dueño, aquello que es ajeno se
descuida y acaba por naufragar, lo hemos visto con los Ferronales, Guanos y
Fertilizantes, Ciudad Saghún, Telmex, Conasupo, Mexicana de Aviación, Canal 13,
SICARSA, Altos Hornos, Cía. De Luz y Fuerza, Puentes y Caminos, la Banca, etc.
La baja
burocracia siempre ha sido patéticamente inepta y apática; la alta burocracia voraz y corrupta; lo que
se ponga en sus manos de inmediato es degradado hasta quedar en ruinas; los
burócratas son de suyo egoístas, buscan su beneficio personal y a la menor oportunidad
se evaporan en busca de un mejor futuro, obedeciendo sus naturales instintos
animales.
La misma
suerte correrán a la larga las instituciones de salud, educativas y de toda
índole; puesto que el individualismo está profundamente arraigado en la
filogenia humana. Se dice que somos animales gregarios, cuando en verdad somos
exageradamente egoístas y solo bajo esta auténtica premisa podemos convivir;
así pues, tenemos que privatizar absolutamente todo para que funcione la
sociedad, nada puede quedar en manos públicas, si es que queremos eficiencia;
hasta los gobiernos deben pasar a manos privadas y no de cualquiera, solo de
aquellas que demuestren tener solvencia económica y capacidad para cumplir con
los objetivos de cada actividad.
Como lo
único que en realidad mueve al hombre es el lucro, este debe ser abiertamente y
sin tapujos demagógicos el fin de cada movimiento humano.
Nuestro
país se enfilaba peligrosamente a principios del pasado siglo hacia el abismo
sin fondo del socialismo, fracaso patente en todos lo países que intentaron tan
descabellado ensayo y opuesto a nuestra vocación liberal.
Afortunadamente
el destino nos colocó en la vecindad de los Estados Unidos de Norteamérica,
país ejemplar que cuida las endebles democracias del mundo y que gracias a su
valiente y poderoso arrojo, ha estado poniendo en su lugar a los intentos
revolucionarios anarquistas que amenazaban contaminar todos los continentes.
La
guerra fría terminó como debería, la Unión Soviética se desmoronó por completo
y el peligro quedó conjurado, solo permanecen aún algunas dictaduras sostenidas
con las armas y la opresión de sus miserables pueblos, pero ya caerán los
tiranos que aún ríen martirizando a sus ciudadanos.
La
sombra de América nos ha dado enormes ventajas, muy positivo fue que se
adueñara de más de la mitad de este paupérrimo territorio que hoy llamamos
México ¿qué sería de California, Iowa, Arizona, Nuevo México y Texas en
nuestras manos? Sino un páramo de inopia
e ignominia.
Todos
los países envidian nuestra privilegiada posición geográfica, la benéfica
influencia de U.S.A., se deja sentir de cerca en todos los campos. ¡Quién fuera
México! Exclaman todos lo pueblos alejados de este magnánimo gigante, defensor
de la justicia universal, propagador de arte, cultura y satisfacciones.
Hemos
sido secularmente beneficiados con todo lo que escurre del norte, su ciencia,
su tecnología, sus consejos, su ejemplo y muchas otras gracias que han bajado a
salpicar nuestro precario territorio.
Debemos
estar permanentemente entusiasmados con la gran potencia yanqui, pues sus
empresarios e inversionistas han puesto su mirada en este su traspatio y
tenemos que hacer de México un nicho para sus capitales, que hallarán aquí las
más espléndidas ventajas para su fortalecimiento.
Sus
inversiones a todo lo largo y ancho de nuestro país, brindan oportunidad a
millones de trabajadores que encuentran su sustento diario en sus formidables
instalaciones.
Hemos
también de apreciar su fantástica hotelería desplegada en nuestras hermosas
playas donde cientos y cientos de camareras, porteros, vigilantes, jardineros,
peones, cantineros, meseros, choferes, cadis y conserjes encuentran el pan
diario y el feliz acomodo en sus resorts.
Vemos
con beneplácito como magnas empresas canadienses han canalizado sus inversiones
hacia nuestro paupérrimo país, escogiendo nuestro subsuelo para extraer los
metales más ricos de las vetas nacionales.
Nos
enorgullece también como chinos y japoneses por oleadas llegan a abrir nuevos
negocios en México, dándonos la oportunidad de ver como se multiplican los establecimientos
manufactureros y comerciales asiáticos, contratando mano de obra autóctona,
mediante el novedoso concepto de Out Sourcing.
Enorme
gusto nos proporciona el saber que de todo el mundo llegan inversiones, gracias
a las múltiples invitaciones que
constantemente hacen nuestros gobiernos conscientes de la urgente necesidad que
tenemos de elevar nuestra tasa de crecimiento económico para las calificadoras
internacionales.
Los
resultados de estos llamados ya están a la vista, muchos capitales se han
colocado en el centro mismo de las entrañas de esta desvencijada nación, ávida
de novedosos productos.
Hemos
extendido los brazos también a las gigantescas empresas petroleras
trasnacionales, gracias a Dios nos han escuchado, ya se disponen a ayudarnos a extraer las
riquezas guardadas durante tantos siglos en los sótanos de la patria.
Cumplimos
con la historia, se desplazan por las vías mexicanas esos modernos trenes propios
del primer mundo, exportamos automóviles mexicanos al primo del norte, tenemos
ya extensas cadenas de restaurantes de comida rápida, supermercados, cafés,
sucursales y franquicias internacionales que permiten consumir a nuestro pueblo
toda clase de lujos.
Inundados
estamos por fin de esos enormes centros comerciales donde se encuentra desde un
alfiler hasta un yate inflable, chocolate Hershell, Milky Way, chicles Trident, Hells, Gatorate, Coca, Pepsi,
Marlboro, Camphells, Kellogs, Nabisco, Nestlé,
vinos y licores, etc. todo de primer mundo.
Ahora
nuestras amas de casa o de llaves, no necesitan ir a la frontera por fayuca,
podemos adquirir aquí cosméticos, espejos y joyas, papelería, mercancías de
todo tipo, aquí a la vuelta de nuestros muladares, vecindades y multifamiliares.
Debemos
reconocer que nos conquistaron ya no con armas y violencia como antaño, lo
hicieron con eficiencia y calidad, jamás hubiésemos podido llegar al sitio como el que hoy ocupamos
en la jerarquía global.
A través
de nuestra historia mostramos al mundo entero nuestra ancestral incapacidad
para solucionar problemas y la ya tradicional ineficiencia que nos etiqueta y
caracteriza.
Pero
ahora damos muestra de nuestra madurez social, al reconocer esta lacerante
ineptitud que nos ha dado fama universal de viciosos y holgazanes; el confesarnos
corruptos, traicioneros y desvergonzados; nos pone ante los ojos del mundo como
un país que acepta sus pecados, pero que existe en cada uno de nosotros un
deseo, aunque se muy pequeño, de enmendar nuestras faltas que nos hacen tan
desconfiables.
Todos lo
saben, nuestras instituciones están penetradas hasta la cúpula por grupos
mafiosos; tanto el poder legislativo que solo obedece al soborno y al cabildeo,
el judicial que opera bajo consignas e influencias, como el poder ejecutivo que
es una caverna de pillos y ladronzuelos de mala leche, también requiere una
purga de parte de alguna potencia extranjera que se ocupe de tan ingente tarea.
Nunca
hemos sabido ni podido gobernarnos, somos un pueblo incapaz de hacernos
justicia, aquí la impunidad es el pan de cada día, todo lo hacemos mal, nadie
duda que somos uno de los peores países del mundo, por eso solicitamos la
intervención directa que nos extienda la mano, para sacarnos de este profundo
agujero, donde hemos caído.
Tradicionalmente
cambiamos valiosos tesoros por espejos, lentejuelas y canicas; somos
entreguistas por antonomasia, fanáticos por cobardía, sumisos por ignorancia,
miedosos e inseguros por vocación, devotos por tradición.
Nos
gusta quedar bien, regalar, rematar la patria; somos farol de la calle y
obscuridad de nuestra casa, hechos para perder, diseñados para la derrota y eso
nos da gran ventaja para ganar las inversiones que ya vienen en cascada de más
allá de nuestras frágiles fronteras.
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