martes, 11 de agosto de 2015

HOMOLOGANDO



HOMOLOGANDO

-Hay que ser como los demás esperan que seas, hay que cumplir con las expectativas de la sociedad a la que te debes – Así le aconsejaban – Tienes que complacer, con tu comportamiento a tus superiores, no te pases de la raya marcada, no excedas los límites establecidos por aquellos que no son otra cosa que reflejo de los dictadores de más allá de las fronteras, haz siempre lo que ellos quieren y así te evitarás problemas-.

-Todos bien portados, nada de inconformidades, ni críticas, ni protestas, ni reclamos, ni paros, ni huelgas, ni nada ¿Qué les cuesta? y entonces serán ciudadanos ejemplares, no esa chusma de anarquistas revoltosos. Comportándose bien, serán agraciados con públicos reconocimientos y hasta con diplomas, que les acrediten como ciudadanos del mes-.

Jamás intenten levantar la voz a las autoridades, si hay algo que no les agrade, para eso están las lágrimas, para eso existen los sollozos y los pucheros, para eso hay clínex y pañuelos; no hay más bello que ver a un ciudadano aguantando todo como un hombre, resistiendo estoicamente el hambre, la intemperie, las enfermedades y la miseria.

En la otra vida se te recompensará, ya lo verás, se premiará tu fe y tu beatitud, allá gozarás en compañía del Señor de las alabanzas y salmos entonados por un coro de ángeles, en medio de arpas, trompetas y nubes de algodón; eso siempre y cuando mueras confesado de tus malos pensamientos.

No quieras ser tú, arranca de tus planes todo deseo de rebelión, somete tus anhelos libertarios a las autoridades, sepulta tus ansias de autonomía, no quieras juzgar por ti mismo, para eso están los tribunales, agacha la cabeza y no la levantes en tanto no se te lo ordene; así, de esta forma, nunca te arrepentirás de haber caminado por la línea recta, marcada por tus jerarcas.

No te quieras desprender del montón, está siempre atento a las indicaciones superiores, tú no eres nadie para tomar decisiones ni directrices ni siquiera de tu miserable vida, prende la televisión y entrégate sin oponer resistencia, verás como todo se te facilita, haz sin chistar lo que se te dicta, ese es todo el secreto de la mediocridad a la que tenemos que aspirar y está al alcance de la mano.        

  
 

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