jueves, 18 de febrero de 2021

LA MUERTE ESTÁ DE MODA

 

LA MUERTE ESTÁ DE MODA

La moda de morir había llegado con renovados bríos, nunca se había retirado del todo, a pesar de remedios, medicinas, campañas de sanitización, vacunas, médicos, hospitales, sanatorios, curas y cirugías.

Por obvias razones la gente la procuraba evitar, ni siquiera hablar de ella, un tema indecente en la sociedad del mundo.

De pronto apareció con toda su majestuosidad, poco a poco se hacía cotidiana en algunas zonas y empezaba a ser algo familiar en el seno de pueblos y ciudades.

La habían echado de menos por el breve tiempo en que se ausentó, pero finalmente llegó para quedarse, ¡no nos dejes! Habían clamado hortelanos, arrieros, campesinos, pastores, albañiles, obreros, oficinistas, vendedores, vagos, presos, sinvergüenzas, burócratas y amas de casa.

¡Yo, yo! Gritaban los enfermos, ¡yo! Demandaban los moribundos, no nos abandones exclamaban los heridos, las viudas se apretujaban en fila en las funerarias para obtener una ficha y esperar su anhelado turno.

La muerte llegaba serena, humilde, vestida de  desgarrada y negra túnica, cubierta por un velo que ocultaba su sarcástico rostro, avanzaba por las polvorientas calles donde soplaba fúnebre viento con siniestro olor a cementerio.

¡Por fin has llegado! – cantaron ansiosos los ancianos, nos has escuchado vociferaron los menesterosos; nadie huyó, todos se entregaron a ella con admirable estoicismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario