viernes, 27 de agosto de 2021

SOLO

SOLO

Todos sus compañeros de viaje ya habían desaparecido, habían muerto en el camino, en medio de la soledad cósmica se debatía, daba alaridos, pero por más intentos que hacía a través de los sofisticados instrumentos de telecomunicación, nadie escuchaba sus lamentos, esos gritos de auxilio se perdían en las infinitas distancias que separan los sistemas planetarios, bañados esporádicamente por lluvias de meteoros incandescentes que, como bólidos infernales, cruzaban su ruta hacia la nada.

Alguien por ahí tiene que haber – pensaba -  quizá algo pueda apiadarse de mí, aunque sea el diablo o el mismo dios en persona – se quejaba-

Sus berridos por las bocinas provocaban un eco sideral que repercutía entre las nubes de polvo cósmico, rebotando en hologramas desquiciantes que se materializaban amenazantes para convertirse en tenebrosas luces.

Por fin se contuvo, calmando su ansia de compañía, no encontró voces perdidas, ni humo, ni olores, ni siquiera sombras sospechosas, únicamente su intuición lo mantenía con alguna esperanza; pero el agotamiento y el fastidio lo durmieron, quedando así tendido, en la cabina del propulsor atómico, que lo había trasladado a los confines de la eternidad, donde ya no corría el tiempo.  

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