viernes, 30 de marzo de 2018

LA PRISA


LA PRISA

El tiempo trae prisa como etiqueta, siempre escasea, la civilización corre contra él,  que se aproxima cada vez más rápido, más veloz; todo tiende a cortar distancias, a disminuir el tiempo.
Intentamos hacer menos tiempo entre ciudades, entre continentes, entre pueblos, entre extremos distantes, quisiéramos estar al mismo tiempo en ambas o en todas partes como si fuésemos cuánticos.
Siempre de prisa, apurados, entre comidas prontas, para llegar puntuales, aprovechando a cronos, que es dinero. Andar a las carreras, hábito de los eficientes, la velocidad nos consume, la aceleración nos mata, nos persigue, nos corretea, no nos deja tranquilos.
Con reloj en mano llega la hora de entrar o de salir; toca la sirena, señal de cambio de turno, el timbre suena hay que empezar, se agota el tiempo, la prisa toca la puerta con insistencia, el corazón late frenético, la bilis empieza a derramarse, la adrenalina desparramarse y el cortisol a expandirse; ansia y desesperación espoleadas por la prisa se dan la mano, la vida moderna nos sonríe con una mueca de escepticismo.
Tenemos prisa, prisa de vivir, prisa de llegar, prisa de todo, prisa de morir.  

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