viernes, 30 de marzo de 2018

EL AEROPUERTO


EL AEROPUERTO

Vienen creciendo peligrosamente, la amenaza avanza, se expande por todos los rincones del planeta, arrasan a su paso con todo, son como marabuntas.
Se acaban las cosas, no dejan nada en pie más que basureros, su manía es consumir y reproducirse sin medida, son como plaga infecciosa que cunde.
Se desarrollan por todas partes, no escapa de su invasión ninguna tierra; contaminan los océanos, prostituyen las aguas, talan los bosques, quebrantan el delicado equilibrio maternal de la naturaleza.
Nunca se sacian, no paran de construir sus aberrantes instalaciones ni de destruir: grutas, arrecifes, playas, cauces, lagos  y selvas; en todo andan metidos, hasta la última gota de riqueza han exprimir, es la vocación del crecimiento desbocado.
Brotan aquí, allá, acullá y más allá; son manchas urbanas desmesuradas como tumores geográficos, ronchas que se concentran más a cada momento en una absurda red de perdición, núcleos de población tan exagerados y formidables, que ahí dentro no se puede dar ni un paso.   

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