CONFIANZA Y
DESCONFIANZA
La
experiencia aconseja no precipitarse, no adelantar juicios con ligeras
conjeturas, las sospechas infundadas son profundamente injustas, acarrean
consecuencias nefastas.
No
acuses sin razones de peso, razones basadas en evidencias contundentes, más
vale guardar con serenidad y prudencia el tiempo suficiente para que las
turbias aguas se aclaren; anticipar condenas
es grave error; tanto cuando se está de un lado de la incertidumbre como
del otro.
Cuántas
veces nos hemos equivocado al señalar un inocente y cuántas se nos ha culpado
de faltas que no hemos cometido; porque el acusar es muy fácil, cuando lo que
falla es la memoria, la falta de atención o la negligencia.
La
sabiduría enseña a tener la paciencia suficiente, guardar la calma antes de
emitir un juicio, sin tener las pruebas en la mano mejor callar, tampoco opinar
sobre lo que desconocemos, no apoyarnos
en tambaleantes suspicacias, especialmente tratándose de familiares, amistades
y allegados. Debemos ser muy cautelosos
y delicados para no acusar en falso, podemos arruinar para siempre una
relación, trátese de fidelidad o lealtad.
Solo
contando con absoluta certidumbre, donde no quepa la mínima duda, podemos
señalar sin temor a equivocarnos, de lo contrario, no solo caeremos en una
grave equivocación que no soportará enmienda ni aceptará perdón, sino que
caeremos en un espantoso ridículo, la espera es aconsejable, el temple de los
ánimos caldeados, el aplomo para investigar con inteligencia. Ser víctima de
falsa acusación es tan injusto como ser el acusador.
Cuando
el río suena agua lleva, cuando los rumores se desatan las calamidades
amenazan, los chismes vuelan de boca en boca hasta hacer eco en las multitudes
y resonancia en la opinión popular.
Tratándose
de personajes públicos, expuestos siempre al escrutinio ciudadano, donde los
personajes se someten al aparador de la prensa y los medios, no aplica la
discreción, solo el criterio de cada escucha, de cada lector, de cada
escrutador.
Donde se
debe ser absolutamente discreto y cuidadoso es en la relación personal con todo
lo de carácter eminentemente privado.
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