Estancado,
como rebotando eternamente dentro de pensamientos tortuosos, ahí estoy
atascado, resbalando una y otra vez en ese pantano de dolor, que no es otra
cosa que una nimiedad sin importancia.
Pero me
solazo revolcándome en esa miseria de recuerdos inicuos, ahí estoy contemplando
mis miserias, regodeándome en el sufrimiento padecido, invocando a los
fantasmas del ayer.
¿Qué no
puedo reventar los lazos que me atan a esa bizarra estupidez que a mi alma ofende? - Deja eso que hiciste mal, sepulta el error,
no permitas que la pena te pesque con el anzuelo del recuerdo, que la vergüenza
te ancle y te impida vivir lo que eres ahora, no te dejes arrastrar por esas pequeñeces
que te desvían de donde hoy estás.
Esas
molestias tocan mi puerta, insisten por la ventana, escandalizan en la azotea,
gimen y lloran por mi arrepentimiento, reclaman mi amargura, son bestias
infernales que me chupan la alegría, intentan con éxito que siga cargando mi
cruz y vaya roncando mi calvario.
-No les
abras la puerta, cancela su intromisión, prohíbeles irrumpir en tu ser, no
dejes que esas aberraciones absorban tu atención ni te desvíen del foco de tu
interés; esos remansos del pasado me esclavizan, me mutilan, me agrian la
existencia.
-Ve a los animales, ellos borran con asombrosa
facilidad sus traumas, siguen de inmediato adelante con su vida, no se quedan
rebotando una y otra vez en aquellas escenas bochornosas como las que pasaste,
esos momentos desesperantes y molestos, esas ofensas tan hirientes, esos
difíciles ratos que sigues alimentando con la ayuda de tu memoria, ocupándola
en rabias y rencores.
-Aprende
a cortar por lo sano, no remaches con lo mismo, dale y dale con aquellos
suplicios vergonzosos, suspende la recreación de las injurias a que fuiste
sometido, borra esas ofensas que sentiste y que –quizá- te hicieron, deja en el
polvo del olvido esos desprecios de los que te sentiste víctima.
-Destroza
esos odios, pulveriza esos rencores, no te castigues, no te azotes; antes bien,
prémiate con una enorme sonrisa interior, que las carcajadas resuenen en cada
una de las células de tu cuerpo, tu salud será agradecida.
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