FRONTERAS
Estamos entre la
naturaleza y el artificio, entre el cuerpo físico sujeto a las leyes de la
materia, de la física, la química, la biología y el constructo civilizatorio de
la historia humana.
Somos animales, una
especie derivada de los vertebrados, vivíparos, mamíferos, de sangre caliente y
células eucariotas.
Habitamos un mundo
sometido a las condiciones evolutivas que la naturaleza impone; pero también
somos el producto de la cultura que imperó en el espacio y en el tiempo que nos
tocó vivir.
Nos determina nuestra
lengua, nuestra historia local, nacional y continental, las costumbres y los hábitos
de la comunidad a la que pertenecemos, nos afectan las tradiciones, la
educación recibida, el arte, la política, la ciencia, la técnica, las leyes vigentes,
la religión, la economía, los medios, etc.
La raíz es el cuerpo
anatómico material, ahí está anclado todo; por otro lado está la influencia
inmaterial de las construcciones netamente humanas, el complejo social y
sicológico, ambas inciden en complicadas proporciones en el temperamento, la
personalidad, el carácter y la actitud de cada uno.
Existimos en los dos
campos simultáneamente, somos el cuerpo anatómico y somos el ente energético
emanado que: ve, oye, siente, saborea, toca, piensa, habla, canta, baila, juega,
sufre y goza, vive.
Nos vemos así entre dos
fuentes: la influencia biológica y la influencia intangible de lo social. Nos movemos de un lado a otro, como un péndulo, entre lo natural y lo artificial.
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